En los últimos años, los precios de los alimentos, al igual que otros bienes, productos y servicios, experimentaron un aumento. La guerra de Ucrania, la escasez de materias primas, los problemas de distribución y la crisis económica generada por la pandemia del COVID-19 no contribuyeron a mejorar la situación. Ante esta realidad, algunos países como Croacia y Hungría implementaron el tope de precio en la compra de alimentos. Parece ser que no todo resultó como se esperaba, ya que la inflación de los alimentos sigue siendo especialmente elevada en ambos países.
En este artículo del blog, vamos a profundizar estos temas:
- Qué es el tope de precios en la compra
- Por qué se está hablando de establecer un tope de precios
- Cómo afectó la medida en Croacia y Hungría
- Cuáles son las repercusiones que podrían generar a medio plazo.
¿Qué es el tope de precio?
El tope de precios en la compra es una medida gubernamental que establece un precio máximo que los establecimientos pueden cobrar por ciertos productos. Generalmente los alimentos son los productos de primera necesidad. El objetivo de esta medida es proteger a los consumidores de los altos precios. Además se intenta así evitar que las empresas se aprovechen de la situación para aumentar sus ganancias.
¿Por qué se está hablando de establecer un tope de precios?
La crisis económica global en la que nos encontramos ha afectado a muchos sectores, incluyendo el de la alimentación. Los precios de los alimentos incrementaron en muchos países debido a factores. Entre ellos podemos mencionar la escasez de materias primas, los problemas de transporte, y la elevada inflación existente. Además, la pandemia dificulta la capacidad de muchas personas para adquirir productos básicos al provocar la pérdida de empleos o la reducción de ingresos.
Ante esta situación, algunos gobiernos han comenzado a considerar la posibilidad de establecer un tope en los precios de la compra. Por ejemplo, en España se ha barajado implementar una medida de este tipo para contener la inflación de los alimentos. Sin embargo, esta medida no ha sido muy efectiva en otros países, como por ejemplo Hungría.
¿Cómo afectó la medida “tope de precio” en Hungría?
Hungría ha sido uno de los primeros países en implementar un tope de precios en la compra de alimentos de primera necesidad. Parece ser, que la medida no obtuvo los efectos deseados ya que en lugar de reducir los precios, la inflación de los alimentos sigue siendo especialmente elevada.
Una de las primeras repercusiones de este “tope” fue que los establecimientos limitaron su compra a cada persona por tratarse de productos cuya ganancia estaba por debajo de su coste de producción. Debido a esto, provocaban pérdidas a los establecimientos y estos a su vez, hacían que se generase una escasez en este tipo de productos.
Otra de las consecuencias más destacables es que apareció un “mercado negro anexo” para comerciar con estos productos. Inmediatamente a la medida, la escasez de los productos generó un mercado paralelo. Esto provocó un aumento en la inflación y los consumidores tuvieron que buscar alternativas a los productos topados y limitados.
La consecuencia fue una subida del precio de los productos no topados y al encarecimiento del coste de vida.
¿Qué repercusiones podría tener establecer tope de precios?
Establecer un tope de precios en la compra puede tener varias consecuencias importantes que es importante se consideren.
Estas son algunas de las principales repercusiones que podría generar esta medida.
- Escasez de los productos topados: Establecer un tope de precios puede provocar una escasez de los productos. Esto ocurre como consecuencia de que los comercios limitan la cantidad que cada cliente puede adquirir de ciertos productos. Algunos productos provocan pérdidas a los establecimientos y estos a su vez, hacen que se genere escasez. Así que se venden, pero limitados.
- Aumento del precio de los productos no topados: La limitación en la venta de productos topados también provoca que los consumidores busquen alternativas a esos productos y esto genera la subida del precio de los productos que no formaban parte de esta lista de precios especiales.
- Generación de un mercado negro: Esta limitación también puede crear un mercado paralelo para comerciar con estos productos, lo que puede generar problemas de calidad e higiene, además de no garantizar la igualdad de acceso a los productos para toda la población.
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- Pérdida de incentivos para la producción: El establecimiento de un tope de precios puede desincentivar a los productores a producir los productos con “tope” de precio ya que no obtendrán una ganancia adecuada para su inversión y esfuerzo en la producción. Inmediatamente se genera una reducción de la oferta de estos productos y agrava aún más la situación de escasez.
- Menor inversión en innovación: La fijación de precios máximos también puede desalentar la innovación y la inversión en investigación y desarrollo en la producción de esos alimentos en concreto. Si los productores no obtienen un margen de ganancia adecuado para su inversión, podrían desviar sus recursos a otros sectores más rentables.
- Problemas en la distribución: Cuando el gobierno fija los precios máximos, los intermediarios y minoristas pueden optar por no distribuir los alimentos si no pueden obtener ganancias suficientes. Esto puede llevar a problemas de distribución y a que los alimentos no lleguen a los consumidores que son quien los necesitan.
- Deterioro de la calidad: Los productores tienen la necesidad de reducir los costos para seguir obteniendo ganancias, lo que genera una disminución de la calidad de los productos. Los consumidores optan por comprar alimentos de menor calidad y, en algunos casos, incluso peligrosos para la salud.
- Pérdida de empleos: La fijación de precios máximos puede llevar a una disminución de la producción y, en consecuencia, a la pérdida de empleos en el sector alimentario. Esto puede afectar no solo a los productores y sus empleados, sino también a los trabajadores de industrias relacionadas, como el transporte y la distribución.
En conclusión, establecer un tope de precios en la compra puede parecer una medida atractiva para proteger a los consumidores de los altos precios de los alimentos. Sin embargo y como hemos visto, estas son solo algunas de las importantes repercusiones negativas que podrían acarrear una medida así. Con lo que resulta clave que los países consideren cuidadosamente esto antes de implementar una medida de este calibre.
En lugar de establecer tope de precios, podría ser más efectivo implementar políticas que fomenten la producción y distribución de alimentos a precios accesibles para toda la población.