En un mundo en el que poca gente hace lo que le gustaría y en el que la frustración en su puesto de trabajo ha ido cada vez más en aumento, conseguir una libertad financiera total o incluso parcial se ha convertido en un objetivo al cual mucha gente aspira hoy en día. Pero, ¿qué es exactamente eso de la libertad financiera?
En términos simples, la libertad financiera se refiere a la capacidad de una persona para mantener su nivel de vida actual sin la necesidad de depender de un trabajo activo, a través de ingresos pasivos que cubran el total de sus gastos básicos.
¿Qué son los ingresos pasivos?
Pues bien, voy a darte 2 ejemplos concretos de lo que hoy en día se denominan ingresos pasivos:
Alguien que es un apasionado de la fotografía puede monetizar sus habilidades a través de ingresos pasivos. ¿Cómo lo logra? Haciendo varias fotos digitales y poniéndolas a la venta en páginas de fotografía en línea. De esta manera, realizando las fotos una única vez, estas pueden replicarse infinitamente. Y, por lo tanto, generar ganancias cada vez que alguien adquiere y descarga esas imágenes.
Otro caso todavía más asequible es el siguiente: si eres propietario de una o varias propiedades, tienes la posibilidad de generar ingresos pasivos alquilando tus propiedades. Si esta gestión la lleva el particular mismo, no serían ingresos 100% pasivos (tienes que tratar con los inquilinos, problemas que pudieran surgir, gestionar reparaciones, papeleos…), pero si esta gestión queda delegada en una inmobiliaria o particular a cambio de sacrificar un pequeño porcentaje cada mes, aquí sí que estaríamos hablando de ingresos 100% pasivos.
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Es cierto que alcanzar la libertad financiera requiere de esfuerzo y dedicación, sobre todo en la conciencia de fomentar el ahorro, minimizar los gastos, evitar deudas y acertar en las decisiones financieras que se tomen, pero sin duda los beneficios de lograr una libertad financiera parcial o incluso total son impagables. Proporciona flexibilidad, independencia, mayor sensación de seguridad económica, mayor libertad de decisión y, sobre todo, la capacidad de emplear tu tiempo (el único recurso existente que está disponible para todo el mundo a partes iguales y que es irrecuperable) en lo que a ti te dé la gana, que es una de las bases de la felicidad.
Al alcanzar la libertad financiera, se tiene mayor control sobre la vida, ya que se pueden tomar decisiones más informadas y meditadas, así como tener la capacidad de destinar el tiempo a aquello que a cada uno le hace feliz. Obviamente, este gran triunfo no es algo que se logre de la noche a la mañana y sin esfuerzo. Para ello, hay dos aspectos cruciales que hay que tener en cuenta: por un lado, aprovechar fuentes de ingresos pasivos que tengamos y no hayamos descubierto o bien crearlas desde cero, y por otro lado, tener la mentalidad adecuada para una buena gestión del dinero, a través de los hábitos financieros necesarios para tomar las decisiones de manera informada.
Alcanzar la libertad financiera puede ser un objetivo importante para muchas personas en general. Y aunque no es fácil, tampoco es imposible alcanzarla con una estrategia bien planeada y el esfuerzo y dedicación necesarios.
Lo más importante es tener en cuenta que la libertad financiera trata de algo fundamental: el no tener que cambiar tu tiempo por dinero y que seas tú mismo quien decida cómo y en qué invertirlo.